jueves, 26 de mayo de 2011

El Avivamiento.


CUANDO HAY QUE ESPERAR UN AVIVAMIENTO

"¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti? (Salmo 85:6.)

1. Cuando hay falta de amor fraternal y confianza cristiana entre los que profesan ser religiosos, entonces es necesario un avivamiento. Entonces hay una clara llamada de Dios para avivar su obra.

2. Cuando hay disensiones, celos, murmuraciones entre los que profesan ser religiosos, entonces hay gran necesidad de un avivamiento. Estas cosas muestran que los cristianos se han alejado de Dios, y es hora de pensar seriamente en un avivamiento.

3. Cuando hay un espíritu mundano en la Iglesia. Es evidente que la Iglesia se ha hundido en un estado bajo y resbaladizo, cuando se ve a los cristianos que se ajustan al mundo en cuanto a vestido, comportamiento y fiestas, buscando diversiones mundanas, leyendo novelas y otros libros que el mundo lee.

4. Cuando la Iglesia encuentra que sus miembros caen en pecados graves y escandalosos, es el momento de despertar y clamar a Dios por un avivamiento de la religión.

5. Cuando los pecadores son descuidados e indiferentes, es hora de que los cristianos se muevan. Es su deber, no menos que lo es el de los bomberos cuando suena la campana de incendios, en una gran ciudad, el ir a apagarlo. La Iglesia tendría que apagar los fuegos del infierno que alcanzan a los malvados. ¡Dormir! ¿Puede dormir el bombero y dejar que arda toda la ciudad? ¿Que pensaríamos de un bombero asi? Y con todo, su culpa no puede compararse con la de los cristianos que duermen mientras los pecadores que les rodean se van hundiendo en los fuegos del infierno.

6. Si un ministro encuentra que ha perdido en algún grado la confianza de su grey, tendría que trabajar para un avivamiento, como el único medio de ganar la confianza de los suyos otra vez. Y no ya para ganar su confianza, sino que un avivamiento conseguido por medio de él como instrumento restaurará la confianza de los suyos que oran. De modo que si un anciano o un miembro particular de la Iglesia encuentra a sus hermanos fríos hacia él, sólo hay un modo de restaurarlos. Es siendo avivado él mismo, vertiendo desde sus ojos e irradiando de su vida el esplendor de la imagen de Cristo.

El hecho es, que los cristianos tienen más culpa de no ser reavivados que los pecadores de no ser convertidos. Por

Charles G. Finney

No hay comentarios:

Publicar un comentario