domingo, 15 de abril de 2012

PRESENCIA.


Éxodo 33:14
"Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso".

Los pasajeros en el bus observaban con simpatía a la atractiva joven con bastón blanco cuidadosamente tras cada paso. Ella pagó al conductor, y usando sus manos para sentir el puesto de la silla, caminó el pasillo y encontró el sitio que él le dijo estar vacío. Luego de estar sentada, puso su maletín en sus piernas y colocó su bastón contra sus piernas.

Había transcurrido un año desde que Susan, de treinta y cuatro años, quedó ciega. Debido a un mal diagnóstico médico, ella había quedado sin visión, y fue súbitamente conducida al mundo de la oscuridad, frustración, enojo.

Habiendo sido una vez una mujer ferozmente independiente, ahora Susan se sentía condenada por este terrible giro de fatalidad, de llegar a ser impotente, sujeta a la ayuda de quienes estaban a su alrededor.

“¿Cómo pudo pasarme esto a mí?” expresaba ella y su corazón denotaba un terrible enojo.

Pero no importaba cómo había llorado o suplicado, ella sabía la dolorosa realidad de que su visión jamás sería recuperada. Una nube de depresión calló sobre ella. Todo lo que ella tenía era su esposo Mark.

Mark era un oficial de la Fuerza Aérea, y amaba a Susan con todo su corazón. Al principio, cuando ella perdió la visión, él la observaba hundida en la desesperación y comenzó a ayudar a su esposa a ganar fuerzas y confianza.

Ella necesitaba llegar a ser independiente otra vez. Su trasfondo militar lo había entrenado bien para lidiar con situaciones delicadas, pero él sabía que ésta era la batalla más difícil que había enfrentado.

Finalmente, Susan se sintió preparada para volver a trabajar, pero cómo podría ella llegar a ese lugar? Ella estaba acostumbrada a tomar el bus, pero ahora era muy dificultoso circular por al ciudad por ella misma.
Mark se ofreció a llevarla al trabajo todos los días, a pesar de que trabajaban en lugares distantes de la ciudad. Al principio, esto confortaba a Susan y llenaba la necesidad de Mark de proteger a su invidente esposa, quien se sentía muy insegura de superar este aspecto.

Pronto, sin embargo, Mark entendió que este método no estaba funcionando, era costoso y extenuante. Susan iba a tener que empezar a tomar nuevamente el bus, se decía para sí. Pero sólo el pensar mencionarle esto a su esposa lo hacía temblar. Ella estaba todavía muy frágil, muy enojada. ¿Cómo reaccionaría?

Tal como Mark lo predijo, Susan se horrorizó con la idea de tomar el bus nuevamente. “¡Soy ciega!” respondió gritando. “Cómo se supone que voy a saber dónde estoy?” “Me siento como si me estuvieras abandonando”. El corazón de Mark se rompió al oír estas palabras, pero sabía que tenía que hacerlo. El le prometió a Susan que cada mañana y tarde subiría al bus con ella, tanto tiempo como le tomara, hasta que ella lo lograra por sí misma. Y fue exactamente así como lo hizo.

Por dos semanas, Mark, con su uniforme militar, acompañó a Susan hacia y desde su trabajo cada día. El le enseñó cómo apoyarse en sus otros sentidos, especialmente en el del oído, para saber dónde estaba y cómo adaptarse a su nuevo entorno. El la ayudó a hacer amistad con el conductor del bus, quien podría observarla, y guardarle un puesto. El la hacía reír, aún en esos días no muy buenos.

Cada mañana, ellos hacían el recorrido juntos, y Mark regresaba camino atrás para ir a su oficina. A pesar de que esta rutina era aún mucho más costosa y extenuante, Mark sabía que sólo era asunto de tiempo para que Susan fuera capaz de tomar el bus por ella misma. El creía en ella, en la Susan que él estaba acostumbrado a tratar antes de que perdiera la vista, quien no temía ningún reto y quien nunca jamás renunciaba.

Finalmente, Susan decidió que ella estaba lista para probar viajar sola. El lunes en la mañana, antes de levantarse, ella colocó sus brazos alrededor de Mark, su compañero para tomar el bus temporalmente. su esposo, su mejor amigo. Sus ojos se llenaron de lágrimas de gratitud por su lealtad, su paciencia, su amor.
Ella le dijo adiós y, por primera vez, salieron por diferentes rutas.

Lunes, martes, miércoles, jueves…. Cada día fue perfecto para ella, y Susan nunca se había sentido mejor. ¡Lo estaba haciendo! Ella estaba haciéndolo todo sola.

El viernes en la mañana, Susan tomó el bus para ir trabajar como de costumbre. Cuando estaba pagando, e iba saliendo del bus, el conductor dijo: “Hombre, de seguro que la envidio”. Susan no estaba segura si el conductor se refería o no a ella. Después de todo, quién en este mundo podría envidiar a una mujer ciega, quien luchaba por tomar fuerzas para continuar viviendo el año que acaba de transcurrir? Curiosa, ella le preguntó: “¿Por qué dice usted que me envidia? El respondió: “Debe sentirse muy bien ser cuidada y protegida como lo han hecho con usted.”

Susan no tenía idea de lo que el conductor estaba hablando, y preguntó otra vez: “Qué quiere decir?”
El conductor respondió: Sabe usted, cada mañana de la semana pasada, un gentil caballero con uniforme militar ha estado esperando en la esquina vigilándola cuando usted baja del bus. El se asegura que usted cruce la calle salva, y la observa hasta que usted entra al edificio donde trabaja. Entonces él le tira un beso, le da un pequeño saludo, y se va. Usted es una dama con suerte.

La felicidad inundó a Susan. A pesar de que ella físicamente no podía verle, ella siempre sentía la presencia de Mark. Ella era bendecida, tan bendecida, porque él le había dado un regalo más poderoso que la visión, un regalo que ella no necesitaba ver para creerlo. El regalo del amor que le pudo traer luz, donde existía oscuridad.

Que felicidad tan grande saber que tienes a alguien que te ama, y te cuida en todo momento.

Dios nos observa de la misma forma. Solo tienes que recibirlo en tu corazón, nunca es tarde para hacerlo. Y te darás cuenta que sin verlo sientes su presencia; presencia que da paz.(Exodo 33:14)

Mi deseo para ti hoy es que seas bendecido con este pensamiento: “Dios te ama y està a tu lado aún cuando no estás viéndolo”.
Éxodo 33:14
Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.

miércoles, 8 de febrero de 2012

BUSCANDO EL AVIVAMIENTO (3ra.parte)


UNA NACIÓN SE SANA CUANDO NOS CONVERTIMOS DE NUESTROS MALOS CAMINOS. “Y se convirtieren de sus malos caminos”

Regularmente cuando leemos esta parte del pasaje, respiramos profundamente y decimos… ¡Bueno… gracias a Dios ya estamos convertidos. Ya no andamos en malos caminos de licor, vicios y maldades!. La verdad es que en este pasaje
Dios acá le habla a su pueblo. Todavía hay malos caminos en medio nuestro. Por eso buscar el rostro de Dios habla de confrontación y cuando Dios mismo nos confronta el único camino que nos queda por delante es la conversión. Conversión es dar la media vuelta y quedar con el rostro hacía donde estaba la espalda.

Cambio de espíritu, caminos, mentalidad y conducta.

• Los Cristianos determinamos el estado del pueblo de Dios y de la nación.

• Somos la sal de la tierra. Somos la luz en medio de la oscuridad.

• ¿De cuales males caminos tenemos que convertirnos?

CONVERSIÓN DE LAS SEIS “A” DEL LIDERAZGO.

ARROGANCIA. Orgullo, vanidad, Indiferencia. Insensibilidad y orgullo religioso.

AUSENTISMO. Ausentismo de las personas, los lugares y las posiciones, deberíamos estar para hacer la diferencia. Damos la espalda para ver el deterioro que nos rodea y al dar la espalda a la realidad de nuestro pueblo, le damos la espalda a Dios, porque Dios está en el y con el pueblo.

AUTOSUFICIENCIA. Creemos que podemos salir solos adelante aunque el ambiente alrededor se deteriora. Creemos que sin orar por nuestra nación, nosotros mismos podemos escapar de el torbellino que se cierne sobre todos nosotros.

ANEDONIA. Perdida del placer en las cosas naturales de la vida. Y al perder el placer en la forma sana, nos hemos vueltos adictos para poder sentir mayor placer pero la verdad es que no disfrutamos de nada porque nos hemos esclavizado a la comida, los vicios, la Televisión, el trabajo. Nos hemos conectado adictamente a los aparatos y nos hemos desconectado de Dios, la familia, los amigos y nuestro pueblo.

ADULTERIO. (Pornografía, Adicciones sexuales, Pecado oculto). El sexo se ha convertido en nuestro dios. Los hogares aún de los creyentes se han resquebrajado y no sentimos el dolor del arrepentimiento.

AMARGURA. Resentimientos sin resolver. Perdida de perdón. Lamentamos el ayer y no disfrutamos del presente mientras enturbiamos las aguas del futuro. De todo eso tenemos que convertirnos. Hemos divido los pecados en pecados elegantes y pecados de bajo calibre, cuando pecado es pecado delante de Dios. Nuestros pecados que nos dominan son los mismos pecados que han hundido a nuestra nación pero en mayor escala. Es por eso que Dios nos confronta y nos pide conversión.

¿Cuáles son las promesas de Dios si nos humillamos, oramos, buscamos su rostro y nos convertimos?

“Un buen periódico es una nación hablándose a sí misma”.
Arthur Miller (1915-2005) Dramaturgo estadounidense.

RESULTADOS DE ESTAS CUATRO ACCIONES NUESTRAS:

1.- DIOS OIRA. “ entonces yo oiré desde los cielos”. Dios promete oírnos. No hay ninguna duda que Dios abre su oído a la oración de sus hijos.

¿Acaso no oirá el que nos puso las orejas, ni podrá ver el que nos formó los ojos? Salmo 94:9

La seguridad de ser escuchados por Dios mismo es la más grande seguridad que los humanos tenemos. “Oración es el contacto entre la tierra doliente y el Dios de toda esperanza”.

2.- DIOS PERDONARÁ. “Y perdonaré sus pecados”.

Por tu gran amor, te suplico que perdones la maldad de este pueblo, tal como lo has venido perdonando desde que salió de Egipto. El Señor le respondió:—Me pides que los perdone, y los perdono. Números 14:19,20 .

Increíble seguridad de perdón, El Padre Eterno nos revela. Dios nunca da la espalda a quién con sencillez de niño pide perdón.

Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Salmo 32:1
Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Salmo 32:5

Y ahora llegamos a la medula de todo este proceso divino hacia la nación.

3.- DIOS SANARÁ LA NACIÓN. “ y sanaré su tierra”

“Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! Alza los ojos, mira a tu alrededor: todos se reúnen y acuden a ti. Tus hijos llegan desde lejos; a tus hijas las traen en brazos. Verás esto y te pondrás radiante de alegría; vibrará tu corazón y se henchirá de gozo; porque te traerán los tesoros del mar, y te llegarán las riquezas de las naciones. Te llenarás con caravanas de camellos, con dromedarios de Madián y de Efa. Vendrán todos los de Sabá, cargando oro e incienso y proclamando las alabanzas del Señor.

Tus puertas estarán siempre abiertas, ni de día ni de noche se cerrarán; a ti serán traídas las riquezas de las naciones; ante ti desfilarán sus derrotados reyes. La nación o el reino que no te sirva, perecerá; quedarán arruinados por completo.

Aunque fuiste abandonada y aborrecida, y nadie transitaba por tus calles, haré de ti el orgullo eterno y la alegría de todas las generaciones. Te alimentarás con la leche de las naciones, con la riqueza de los reyes serás amamantada. Sabrás entonces que yo, el Señor, soy tu Salvador; que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor.
En vez de bronce te traeré oro; en lugar de hierro, plata. En vez de madera te traeré bronce, y en lugar de piedras, hierro. Haré que la paz te gobierne, y que la justicia te rija. Ya no se sabrá de violencia en tu tierra, ni de ruina y destrucción en tus fronteras, sino que llamarás a tus muros “Salvación”, y a tus puertas, “Alabanza”. Isaías 60.

4.- LOS OJOS, LOS OIDOS Y EL CORAZÓN DE DIOS ESTARÁ CON NOSOTROS CONTINUAMENTE.

Mis ojos estarán abiertos, y mis oídos atentos, a la oración que se haga en este lugar; pues ahora he elegido y santificado esta Casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.

El Señor su Dios es quien la cuida; los ojos del Señor su Dios están sobre ella todo el año, de principio a fin. Deuteronomio 11:12.

Caminemos hacia esa conversión genuina, primero de nosotros mismos y luego de nuestra nación.

martes, 7 de febrero de 2012

Buscando el avivamiento. (2da.Parte)


UNA NACIÓN SE SANA CUANDO ORAMOS. “ y oran”

• Orar porque es la única opción que tenemos.
• Orar porque Jesús mismo lo demostró en todo su ministerio.

“No importa que nivel de madurez espiritual hayamos alcanzado,
necesitamos renovar nuestras apariencias, necesitamos frescas manifestaciones
y nuevas visitaciones del cielo. Necesitamos que las ventanas de los cielos
se abran una y otra vez sobre nuestras cabezas. Necesitamos que el
Espíritu Santo nos de otra vez un Pentecostés.”
Charles Spurgeon.

“ Sin mi nada podéis hacer” Jesús.

La oración, la intercesión y el quebranto son las herramientas divinas para ver cambios sustanciales en nuestra nación. ¿Cuándo fue la última vez que invertimos unas cuantas horas en la noche o en la mañana para interceder por nuestra nación?. Dios le dijo a Salomón: ¡Si mi pueblo se humilla y ora!. Dos primeros elementos vitales en el sendero de la recuperación de nuestra nación y esos dos elementos comienzan en mi y en ti.

UNA NACIÓN SE SANA CUANDO BUSCAMOS EL ROSTRO. “ Y buscaren mi rostro”.

¿Qué es buscar su rostro? No es lo mismo que orar?.

No, No es lo mismo. Usted y yo podemos orar sin buscar el rostro de Dios. Buscar el rostro de Dios es un grado más de profundidad en la comunión con el Padre.

Uno puede orar sin buscar su rostro. Así como usted puede hablar con alguien sin mirar su rostro. Para poder mirar el rostro de alguien uno tiene que sentirse libre de culpa. Mirar el rostro es estar dispuesto a ser confrontado. Y es ahí donde muchas veces huimos fácilmente escondiéndonos aún en la misma oración para no ser confrontados por el Dios Eterno.

No puede prevalecer el rostro humano ante el rostro divino. Uno tiene que rendirse.

Como Isaías lo hizo:
“Vi yo al Señor sentado sobre su trono alto y sublime y sus faldas llenaban el templo…. Entonces dije: ¡Ay de mi! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundo, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” Isaías 6: 1,5.

Pedro ocultó su rostro ante Jesús. Sintió la confrontación del Maestro:
“Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador”. Luc 5:8

Gedeón exclamó un grito de muerte:
Y viendo Gedeón que era el ángel del Señor, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto el ángel de Jehová cara a cara. Jueces 6:22

Abraham escondió su rostro muriendo así a sus planes y su identidad cambió.
Y siendo Abraham de edad de noventa y nueve años, se le apareció El Señor y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mi, y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mi y ti, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abraham cayó sobre su rostro y Dios habló con él diciendo: He aquí mi pacto contigo, serás padre de muchedumbres y no se llamará más tu nombre Abraham, sino que será tu nombre Abraham porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes”. Gen 17:3-5

Jacob fue marcado por el rostro de Dios.
Y llamó Jacob el nombre de aquel Lugar Peniel: Porque vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma. Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera”. Gen 32:30,31

Moisés ocultó su rostro para morir a su vida sin propósito.
Y dijo: No te acerques acá: quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu Padre, Dios de Abraham, Dios Isaac, Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Éxodo 3:5,6.

Elías no pudo mantener su rostro mientras huía.
Y cuando lo oí Elías, cubrió su rostro con su mano, y salió, y se pudo a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz diciendo: Qué haces aquí Elías? I Rey 19:13.

Ahora podemos ver la razón por la cuál en 2 Crónicas 7, Dios habla primero de humillarse, luego habla de orar y nos sube a un tercer escalón al hablarnos de buscar su rostro. Por eso el rey David dijo:
Escudríñame Oh Dios y ve si hay en mí camino de perversidad.

Nuestra nación comienza a sanarse cuando nosotros mismos, quienes conocemos a Dios personalmente no evadimos la confrontación divina luego de humillarnos y orar. En nuestras manos cae tremenda responsabilidad. (continuará)

lunes, 6 de febrero de 2012

Buscando el avivamiento. (1ra.parte)


Terminó, pues, Salomón la casa del Señor, y la casa del rey; y todo lo que Salomón se propuso hacer en la casa de Dios, y en su propia casa, fue prosperado.—Entonces apareció El Señor á a Salomón de noche y le dijo: “Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar como Casa de sacrificio”.

Si yo cierro los cielos para que no haya lluvia, y si mando a la langosta que consuma la tierra, o si envío pestilencia a mi pueblo; “si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra”.

Mis ojos estarán abiertos, y mis oídos atentos, a la oración que se haga en este lugar;— pues ahora he elegido y santificado esta Casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre. 2 Crónicas 7:11-15

2 Crónicas 7:14 nos confronta cuando vemos las noticias.

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¿CÓMO SE SANA UNA NACIÓN?

“Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas
sociales se acerca a la muerte espiritual”.
Martín Luther King (1929-1968) Religioso estadounidense.

UNA NACIÓN SE SANA CUANDO NOS HUMILLAMOS. “Si se humillare mi pueblo”.

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¿Qué es humillarse?

Es poner a un lado la apariencia, quitarnos las máscaras, despojarnos de nuestra experiencia, romper nuestros proyectos humanos y lanzarnos a los brazos del padre.

“ Si nosotros fuéramos realmente humildes, conoceríamos realmente lo mentirosos que somos”. Thomas Merton.

“ Señor enséñame a humillarme ante ti de tal manera que pueda entender lo mentiroso que soy y el fraude que vivo”.

“Humillación es real desespero. Desespero de mi mismo para que yo pueda esperar enteramente en ti”. Thomas Merton.

AUTOSUFICIENCIA es el elemento que nos aleja de la dependencia absoluta de Dios. Indiferencia nos hunde en el pozo de la indolencia e insensibilidad es la piel dormida del alma para poder captar lo sublime, tierno e inmensurable de la riqueza divina puesta a disposición de los pueblos quebrantados.

Cuantas veces mientras nuestra nación se deteriora moral, espiritual, política y familiarmente nosotros parecemos dormidos en el lecho de la desesperanza, pero cuando despierto en medio de la humillación de mi propia vanidad, la oración me conecta con el trono de la gracia para ver el despertar de mi espíritu y de mi pueblo.

“Una nación permanece fuerte mientras se preocupa de sus problemas reales,
y comienza su decadencia cuando puede ocuparse de los detalles accesorios”.
Arnold J. Toynbee (1889-1975) Historiador inglés.

(continuará)