lunes, 15 de septiembre de 2008

apoyo

Pastor…desarrolle una red de apoyo



Encontré un excelente folleto titulado “Nadie es perfecto”, sobre el tema de cómo enfrentar el cansancio. En este folleto se nombran nueve maneras de hacer frente al problema del estrés:
1º. Aprenda a planificar.
2º. Acepte sus limitaciones.
3º. Diviértase (Esto puede ser difícil para el pastor que piensa que toda diversión es pecaminosa. Encuentre algo que lo divierta, pero que a la vez no se oponga a sus principios morales).
4º. Sea positivo con respecto a la gente, sean cristianos o no, sea positivo con respecto a la vida.
5º. Practique la tolerancia y el perdón. Recuerde que cuando usted mira a la humanidad diferente a como la mira Jesucristo, su cristianismo terminó.
6º. No compita cuando no es necesario.
7º. Haga ejercicio regularmente, camine tres kilómetros, ande en bicicleta unos diez kilómetros, fricciones, aeróbicas, o por último, baile con su señora.
8º. Aprenda a tomar tiempo para Usted mismo.
9º. Este punto es el más difícil, pero exponga sus problemas a quienes lo comprenden.

Es con respecto a este último punto, el más difícil, quisiera compartir con Ustedes que es necesario formar una red de apoyo. Generalmente los pastores se sienten suficientes, y son reacios a compartir sus necesidades y problemas con otras personas.
¿Sabía Usted que cada pastor necesita un pastor?. Para reponer su desgastamiento, necesita gente, pero no gente que lo consuma emocional y físicamente. Necesita un pastor. ¿Quién puede ser esa persona? ¿Quién puede pastorear a un pastor?...pues, la red de apoyo:
1º. Amigos íntimos: En el curso de la vida, una persona llega a tener sólo unos pocos verdaderos amigos íntimos. Que triste la vida de aquel que no tiene amigos de confianza. Escuché a un pastor que decía que su única amiga era su esposa. Parece bonito, y así debe ser, pero triste que con toda su vida, no tenga amigos verdaderos.
Cuando tenemos amigos verdaderos, estas son las personas que dan apoyo inmediato. No juzgan. No desaprueban. Son buenos escuchadores. Son amorosos y positivos. Son confiables. Estas son las personas con las que un ministro debe sentir la confianza de acudir cuando necesita apoyo para sus propias necesidades.
2º. La familia: Para toda persona en el ministerio, su cónyuge puede llegar a ser el mejor amigo. Los hijos pueden llegar a ser las personas de apoyo en tiempo de necesidad. El pastor necesita una familia que le dé su apoyo. Si su familia drena todas sus energías, difícilmente buscará el apoyo de ellos cuando se sienta hundido, pero la familia puede ser un recurso valioso de sostén.
3º. Mentores: Los mentores son las personas que, por la confianza que nos inspiran, están en capacidad de enseñarnos. Respetamos su opinión y siempre las buscamos en tiempos de conflictos. Puede ser que no los busquemos con frecuencia, pero cuando lo hacemos obtenemos mucha fortaleza y/o información que necesitamos.
4º. Apoyo profesional: El ministro requiere de un médico que le inspire confianza. Un médico que ha la vez sea su amigo, puede, literalmente, salvar la vida del ministro. En ocasiones, el ministro escuchará mejor a estos profesionales, que a los miembros de su iglesia, incluida su esposa.
5º, Grupos de apoyo: Muchos pastores están hallando grupos de apoyo que benefician su propia red de sostén. Estos grupos están constituidos por diferentes personas congéniales que se reúnen y comparten lo que ocurre en sus vidas.
El pastor debe encontrar nuevas formas de realizar las tareas antiguas y rutinarias, en una manera en que se pueda evitar el agotamiento. Debe ser creativo, pero al mismo tiempo mantenerse fiel a su llamado y enseñanzas. Debe explorar diferentes maneras para escapar de la excesiva ansiedad a través de la diversión moralmente aceptable.
No debe engañarse pensando que el cambiar de Iglesia, evitará el agotamiento. Debe buscar la gratificación espiritual en la iglesia que actualmente pastorea, sin pensar que la gente en otras partes son diferentes. Por último, admire el poderoso crear de Dios en los comentarios de un niño, así como en la actitud de un diácono poco simpático. Debe buscar las maneras de hacer las cosas de una manera fresca y renovada, sin que esto signifique tener que hacerlas en una manera totalmente diferente

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