miércoles, 13 de agosto de 2008

Responsabilidad social de la Iglesia

Responsabilidad social de la Iglesia

La Iglesia es, primordialmente, una entidad espiritual, una unión de hombres y mujeres que han nacido de nuevo por el Espíritu de Dios, transformándose, de esa manera, en el cuerpo de Cristo, representantes del Reino de Dios. Los objetivos y ministerio de la iglesia son principalmente espirituales. Pero hay que tener en cuenta que la Iglesia está constituida por individuos y familias unidos por una común fe y un idéntico propósito. De ahí que la Iglesia es también una entidad social. Los individuos y las familias se relacionan en el seno de la Iglesia, que de esa manera resulta ser una sociedad cristiana. Y estas relaciones traen aparejadas responsabilidades.
La responsabilidad social de la Iglesia comienza por sus propios miembros. Y esta responsabilidad viene desde los albores mismos de la historia de la iglesia primitiva, cuando los apóstoles se vieron enfrentados con la responsabilidad de cuidar a las viudas de la iglesia. Pablo ordena hacerse cargo de las viudas que no tengan ningún medio de sostén propio. Como lógica consecuencia, la misma regla se aplicaría a los huérfanos.
Se ha dado también instrucciones a los cristianos relativas a los menesterosos. Aquí se refiere sobre todo a los cristianos como individuos, para que compartan sus bienes con los necesitados. La Iglesia tiene que hacer todo lo posible para aliviar los sufrimientos de sus propios miembros.
Las Iglesias deben organizar una proveeduría para ayudar con ropa y comida a los que por alguna razón han quedado en la indigencia. Los dineros no deben ir en beneficio del pastor solamente. Dios dijo: Traigan sus diezmos al “alfolí” y “halla alimento en mi casa”. Nunca pretendió que un hombre pastor fuera beneficiario de todos los ingresos.. Esto ha provocado muchos abusos y por sobre todo, millones de inconversos no quieren ingresar al Reino de Dios por la mala administración del dinero. Hay que tener un fondo de beneficencia al cual contribuyen todos los miembros para ayudar a los que están pasando por un momento de necesidad especial. En Arica, todas las Iglesias locales deberán estudiar sus problemas de finanzas, actuar con transparencia y dar pasos concretos y necesarios para crear un fondo especial para la atención de los necesitados.
Loas pastores no deben hacerse los “necesitados”, por muchas razones, de las cuales nombraré sólo dos, las más importantes: Primero, al hacerse los “necesitados”, están invocando a la estrechés, los apuros y hasta la miseria. Es una falta de fe desconfiar del Proveedor divino que tenemos por Padre. Nunca prosperarán. Conozco a muchos que llevan 30 años siendo lo mismo y segundo, si les va bien en “su pedir cada día”, toda la palabra de Dios, dirigida a ellos, caerá como semilla en terrenos de espinos. Es decir, otros intereses ahogarán la palabra y amarán más su patrimonio que hacer la voluntad de Dios.
El espíritu de generosidad de la Iglesia se extiende también a los no convertidos. Jesús les dijo a sus discípulos: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 5:16). El buen cristiano, que tiene el corazón rebosante del amor de Dios, hará todo lo posible para ayudar a los necesitados. Justamente esa fue la enseñanza práctica de Jesús al relatar la parábola del buen samaritano (Luc. 10:30-37). La ley del amor “amarás al prójimo como a ti mismo” inspira al cristiano a aliviar y ayudar al necesitado.

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